¿Es el Zenith Chronomaster Rainbow una joya o una imitación?
Como bien sabemos, en la relojería de lujo, el diseño es tanto una declaración de innovación como de identidad. Y aquí es donde el nuevo Zenith Chronomaster Rainbow genera un debate interesante.
Zenith es una marca que siempre ha sabido posicionarse como un referente en la alta relojería. Su Chronomaster original fue un hitazo desde su lanzamiento, combinando un movimiento de altísima calidad a un precio competitivo, algo que lo colocó como una alternativa sólida frente a gigantes como el Rolex Daytona. Pero, como bien sabemos, en la relojería de lujo, el diseño es tanto una declaración de innovación como de identidad. Y aquí es donde el nuevo Zenith Chronomaster Rainbow genera un debate interesante.
Este modelo en oro blanco, adornado con zafiros de colores que forman un arcoíris en la caja y el bisel, no es solo una pieza de nicho. Es un guiño evidente, casi una copia calcada, del famoso Rainbow Daytona de Rolex. Desde el diseño de la caja hasta el orden de los colores de las piedras, las similitudes son difíciles de ignorar. Por supuesto, Zenith no es la primera ni la última marca que experimenta con este estilo: otras firmas como Hublot han jugado antes con esta estética llamativa. Sin embargo, aquí surge la pregunta: ¿es esta dirección adecuada para una marca que ya tiene un legado sólido con relojes como el Chronomaster?
Lanzar un modelo como el Chronomaster Rainbow tiene sus riesgos, y el primero es el precio. A 112.000 dólares, este reloj compite no solo con Rolex, sino también con otras marcas que llevan más tiempo dominando la relojería decorativa con joyas. Para los coleccionistas y entusiastas, es difícil justificar esta cifra cuando el diseño parece más una réplica que una declaración original.
A pesar de ello, reconocemos el mérito de Zenith por atreverse a explorar terrenos nuevos. Este tipo de piezas no es para cualquiera y, en definitiva, está dirigido a un público muy específico. Sin embargo, nuestra opinión es que este tipo de ejecuciones, especialmente cuando se trata de incorporar joyas en los relojes, debería dejarse en manos de las marcas que tienen un dominio absoluto en este campo, como Rolex o incluso Patek Philippe.
La verdadera fortaleza del Chronomaster siempre ha residido en su movimiento de alta precisión y su propuesta como un modelo independiente, único y competitivo. Zenith no necesita subirse al tren de los relojes-joya para ganar relevancia. De hecho, este modelo podría terminar siendo más una distracción que un aporte positivo para la marca.
Dicho esto, no buscamos desprestigiar a Zenith, una marca que admiramos profundamente, sino invitar a la reflexión: ¿es realmente necesario intentar replicar un éxito ajeno cuando se tiene la capacidad de crear innovaciones propias?
En nuestra opinión, el Zenith Chronomaster no necesita convertirse en una sombra del Rainbow Daytona para destacar. Su legado ya habla por sí solo.