Destacados de la temporada de subastas 2022

Julio 6, 2022
Daniel Pinto

Como cada mes de junio, con la llegada del verano boreal, empieza a cerrarse la temporada de subastas del primer semestre. Ginebra, Nueva York, y Hong Kong celebraron los 50 años de vida del legendario Royal Oak de Gerald Genta, con ventas temáticas centradas en este modelo.

Con un 2020 y 2021 que venían realmente reventando los récords y calentando un mercado que parecía al borde de implosionar, esta temporada 2022 dejó varias certezas y señales tranquilizadoras para la industria, que en medio de las turbulencias del Bitcoin y el mercado bursátil, cada día pareciera hacerse más atractiva para inversionistas en busca de refugio, y belleza.

Si bien no es posible juzgar la salud de un mercado, o una industria, basándose solamente en resultados de subasta, sí nos quedamos con un buen sabor de boca una vez finalizado el circo y conocidas las opiniones de los personajes clave de la industria. Dentro de todo, las señales son tranquilizadoras, con precios que, si bien ya no siguen un alza explosiva como en años anteriores, se han estabilizado sin perder terreno. Los grandes coleccionistas han vuelto a refugiarse en marcas y piezas con pedigree, favoreciendo aquellas que tengan interesantes historias detrás del producto.

Durante la semana de Nueva York, hubo 2 colecciones privadas que dieron la nota: se trata del Nevadian Collector y el Kairos Collection. La primera, un verdadero desfile de los “best sellers” vintage de Patek a lo largo de su historia. Entre ellas, destacamos este 2499 único en su tipo, con esfera rosada y firmado por el mítico retailer Gobbi Milano. Uno de los mejores ejemplares que hemos visto de calendario perpetuo con cronógrafo de Patek, y que superó su estimado, cerrando en USD 7.700.000.

La venta de la colección “Nevadian” totalizó USD 20.700.000, siendo un éxito total y reafirmando a Patek como el rey del vintage. Aún así, el monto total fue eclipsado por los más de 21 millones que logró la venta de la colección “Kairos”, que a diferencia de “Nevadian”, estaba compuesta en su totalidad por referencia modernas de Patek, abarcando todos los modelos top del catálogo de los últimos 30 años. Piezas aparentemente únicas, como el Repetidor de minutos con hora mundial 5531R-012, que alcanzó los USD 2.200.000, fueron escoltadas por ediciones muy limitadas, como el 5950⁄1A-010 con cronógrafo monopulsador, un reloj hecho en sólo 10 ejemplares, y que duplicó su estimado para alcanzar los USD 693.000.

El Royal Oak, que cumplía 50 años, estuvo muy bien representado, con varias subastas temáticas en su honor, lideradas por Phillips, donde se vendieron ejemplares tan especiales como la versión en color negro PVD que se cree perteneció al Karl Lagerfeld, ex diseñador de la casa Chanel. Otro reloj que venía lleno de historia fue el Royal Oak A2, la segunda unidad producida de este modelo, hecha en 1972 como prototipo para llevar a la presentación oficial en el Salón de Basilea. Sin dudas, el ejemplar más importante en existencia del Royal Oak, el A2 se fue por USD 1.100.000, siendo por algunos días el Royal Oak mas caro jamás subastado, un récord que perdió algunos días después cuando el reloj personal de Gerald Genta se subastó por USD 2.200.000, marcando un nuevo récord.

Si bien hubo otros resultados auspiciosos, como el Calendario Perpetuo con repetición de minutos en caja cerámica negra que logró un pasar el millón de dólares, queda claro que quizás por relativa juventud, sus mayores números de producción, o su diseño moderno, el Royal Oak aún no está en el mismo nivel que las referencias más especiales de Patek, e incluso es a veces eclipsado en subasta por modelos de Rolex, como los Daytona Paul Newman, que si fueron producidos en grandes cantidades.

Hablando de la corona, fue una temporada bastante callada, con algunos lotes estrella que cumplieron sus expectativas, pero con resultados generalmente más bajos que en años anteriores. Pareciera ser que los precios de los Daytona Paul Newman en acero han venido a la baja, llegando a estabilizarse en torno a los USD 200.000, lo que difiere bastante del 2020 y 2021 cuando era normal verlos rompiendo la barrera de los 300.000.

Caso aparte son las versiones más limitadas y militares del Submariner, que, al ser cada más vez escasas, han mantenido su valor, a medida que la oferta se seca y los vemos aparecer con menos frecuencia en el ruedo. Mención aparte merece “El Limoncito”, un Paul Newman en oro amarillo realmente perfecto, que con su esfera patinada amarillenta se ganó ese apodo, y superó las expectativas, alcanzando los USD 2.000.000.

Este ejemplar apareció por primera vez en el mercado, lo que sumado a su excelente condición lo transformaron en el gran ganador de Rolex durante la temporada, demostrando que los ejemplares excepcionales seguirán apreciándose aún cuando la marca en general esté en un leve declive. Hubo otros Daytona de oro que superaron las expectativas, notablemente un hermoso, 6269 con pavé completo y zafiros de fábrica, demostrando que el oro está de vuelta y seguirá siendo tendencia en años por venir.

No todo es Rolex y Patek, aunque a veces así lo pareciera, ya que marcas como FP Journe y Cartier también vienen creciendo y los resultados de este año así lo demuestran. El Cartier Crash, que últimamente hemos visto en las redes sociales de artistas como Kim K, Kanye West o Tyler the Creator, sigue demostrando que está de moda, con un ejemplar de 1990 reventando sus estimados y alcanzando los USD 819.000. Prueba de que el oro, y el art deco, están de vuelta con todo.

Tanto Kari Votulainen como FP Journe demostraron que la relojería independiente vive un momento de apogeo, acompañados también de marcas nicho como Urwerk y DeBethune que vieron resultados récords para sus modelos en subasta. El Chronometre Souverain que el mismísimo Journe le regaló en 2010 a su mentor, el gran George Daniels (quien perfeccionó el escape coaxial y se lo vendió posteriormente a Omega), alcanzó USD 1.400.000, demostrando que los relojes con historias interesantes atraen el interés de grandes coleccionistas. Este mismo reloj se había vendido en 2012 por USD 70.000, un dato que ilustra el ascenso meteórico en la popularidad de FP Journe, hecho que además se vio reflejado en que durante este año llegaron a subasta más de 50 ejemplares del exclusivo atelier. Se rumorea que durante julio de este año los representantes de la marca estarían haciendo un tour por Latinoamérica, Chile incluido, para presentar sus modelos a coleccionistas y potenciales clientes (o “suscriptores” como ellos le llaman).

Al final, nos vamos con un sabor dulce luego esta temporada, sabiendo que el boom de años anteriores no podía seguir por siempre, pero tranquilos porque ha reinado la estabilidad y el sentido común. Las grandes piezas siguen siendo valoradas, y a medida que la oferta de vintage se sigue reduciendo, las casas de subasta empiezan a incluir cada vez más piezas modernas en sus catálogos, tratando de tentar a nuevos coleccionistas con ediciones limitadas o piezas complicadas. Con el paso del tiempo, lo que hasta hace poco era contemporáneo hoy comienza a ser antiguo, y la entrada al mercado de nuevos fanáticos, impulsados por la fuerza de las redes sociales, sigue tirando el carro de la demanda que sostiene firme el ritmo de la industria. Los compradores se fueron a sus hogares con piezas increíbles, y las casas de subasta no podrán quejarse con los más de USD 100.000.000 en el bolsillo para sus satisfechos vendedores. La pasión sigue más viva que nunca, y estamos ansiosos de reportear en terreno para ustedes durante la próxima temporada.