Conociendo al Maestro
En los más de 100 años desde que se lanzó el primer reloj de pulsera, ha existido un solo diseñador de relojes que sea conocido por su nombre propio y más allá de las marcas donde trabajó.
Sólo uno puede decir que diseñó los 2 relojes deportivos de lujo más icónicos de la historia. Sólo uno puede decir que fundó 2 marcas con su nombre y vendió ambas con éxito. Sólo uno ha logrado el precio histórico en subasta por la venta de modelo por el solo hecho de haberle pertenecido.
Sin lugar a dudas, y con mucho margen de ventaja, el gran Gérald Charles Genta es el Gran Kahuna, el alfa, y el omega del diseño relojero.
Desde su nacimiento en 1931 (en Ginebra por supuesto, ¿dónde más?) hasta su muerte en 2012, Genta forjó una carrera mítica en el mundo del diseño, que también abarcó el arte y la pintura, con obras maestras tan perfectas, que ni siquiera décadas después de su lanzamiento han sido alteradas en lo más mínimo, y hoy más que nunca disfrutan de un éxito comercial explosivo. Ni siquiera la perfección de un Porsche 911 o una cámara Leica se ha conservado tan intacta tras tantas generaciones de producción como algunos de los modelos de Genta, testimonio de que el hombre tenía una visión muy especial y el talento para llevarla a cabo en la realidad.
Se podría incluso decir que Genta fue gran responsable de la supervivencia de una moribunda marca de la Santísima Trinidad relojera, y en el caso de otras ha sido artífice de la gran popularidad de la que gozan hoy día. Fue el primero en atreverse a traer al frente del diseño lo que normalmente se trataba de ocultar.
Sus comienzos como diseñador de componentes en los años 50 lo llevaron hasta Universal Genève, donde diseñó uno de los primeros relojes antimagnéticos, comisionado por la Línea Aerea Escandinava SAS para poder sobrevolar el polo norte sin verse afectado por sus campos magnéticos. Esta belleza fue atinadamente llamado el Polerouter de 1954, y su popularidad hasta el día de hoy explica como Genta se transformó en un diseñador altamente cotizado desde ese día en adelante.
Luego de colaborar con Omega en sus Constellation y Seamaster, siendo ya el diseñador mas notorio de la época, lanzó su propia marca en 1969, Gérald Genta, dedicada a la producción de piezas altamente complicadas y bellas. Pero ese año fue importante no solo por eso, sino porque la leyenda cuenta que Audemars Piguet le comisionó el diseño de un nuevo modelo deportivo que fue ideado y dibujado en… 1 solo día! Así es, el Royal Oak, que fue finalmente presentado en Salón de Basel 1972, solo le tomó 24 horas a Genta, con servilleta y papel en un bar.
Como si fuera poco, y a pesar de no ser un hit de ventas, tanto Patek como IWC le encargan la creación de sus propios modelos deportivos de lujo. En el caso de IWC, se trató del rediseño del robusto Ingenieur, con Genta entregando un trabajo impecable con una caja redonda con brazalete integrado y tornillos a la vista. Este look ha sido revivido por la marca varias veces y es percibido por los coleccionistas como uno de los IWC más buscados, con precios al alza en el mercado vintage. Eso sí, nada de esto se llega siquiera a acercar a la verdadera locura que desató con el diseño que le entregó a la familia Stern de Patek. Una caja completamente distinta a las formas habituales de Patek, un bisel inspirado en las ventanas de un submarino y un brazalete integrado sublime se unieron para entregar el Nautilus en 1976, el primer reloj deportivo en la larga historia de la firma, y un brinco hacia lo desconocido en esa época tan complicada para la industria.
Han pasado casi 50 años desde la creación de estos íconos, que luego de un tibio comienzo han sido redescubiertos por coleccionistas y hoy representan la punta de lanza de sus respectivas marcas y comandan valores exorbitantes en el mercado secundario, con los Nautilus transando cercano a los 150.000 dólares y el Royal Oak que perteneció a Genta subastándose este año por sobre 1 millón de dólares.
Luego de esos locos años setenta vendrían otros hits notables como el Bvlgari Bvlgari (1977) y uno de nuestros favoritos, el Pasha de Cartier, que luego de su creación en 1932 por el mismísimo Louis Cartier (otro gran diseñador de relojes) para el Pasha de Marrakech, sólo podía ser mejorado por un genio como Genta, actualizando en 1985 el modelo para el nuevo milenio y de paso creando un nuevo ícono moderno.
Hoy, el legado de Genta es visible mas allá del Royal Oak y el Nautilus. Su genio inventó una nueva categoría de relojes: el deportivo de lujo con brazalete integrado. Prácticamente todas las marcas hoy en día cuentan con una variación de este tema en su catálogo, a menudo utilizando los mismos detalles inspirados en los originales de Genta, y demostrando que el buen diseño no tiene edad. Y como sabiamente dijo el gran Gérald:
“Si no te están copiando, es porque eres incompetente”.