Cartier Tank: el rectángulo más sexy

Con su diseño rectangular, una disrupción total en la época de su lanzamiento, el Tank de Cartier se convirtió en un símbolo de sofisticación, un favorito entre las élites culturales y políticas. Revisemos por qué un reloj de la Primera Guerra Mundial se convirtió en un icono de la relojería y la moda contemporánea.

Mayo 11, 2024
Fernando Aldea

Orígenes del ícono

¿Qué duda cabe respecto a la genialidad de Louis Cartier? Puso un reloj de pulsera en la muñeca de Santos Dumont cuando los hombres usaban sólo relojes de bolsillo, y se inspiró en los tanques franceses Renault FT-17 de la Primera Guerra Mundial para crear uno de los primeros relojes rectangulares. Su visión como diseñador y empresario le permitió concebir en 1917 un diseño innovador que rompió con la tradición de los relojes circulares, optando por imitar la estructura aerodinámica y el contorno robusto de estos tanques, omnipresente en el escenario de guerra europeo de la época. Este giro de tuerca, en consonancia con los cambios que sucedían en el arte y la arquitectura, simbolizó la nueva era que llegaba también a la relojería, un alejamiento de lo ornamental hacia lo funcional.

Dos años después, en 1919, el Tank fue lanzado al público, convirtiéndose rápidamente en un objeto de deseo entre las élites culturales y artísticas de París. Su adopción por parte de figuras influyentes como el poeta y cineasta Jean Cocteau ayudó a solidificar su estatus de ícono de la modernidad, un accesorio indispensable para la intelectualidad y la élite artística. El bueno de Cocteau, en particular, fue fotografiado frecuentemente con su querido Tank, contribuyendo a la imagen del reloj como símbolo de elegancia intelectual y bohemia.

A medida que el siglo progresaba, el Tank de Cartier continuaba siendo el reloj preferido por los “proto-influencers” del mundo del arte, la literatura y el cine, consolidando su reputación como el reloj de los conocedores y los “avant-garde”. Su diseño, que evolucionaba sutilmente con cada nueva versión, logró capturar la esencia de cada época manteniendo su identidad y atractivo original. Este enfoque hizo que el Tank sobreviviera a las fluctuaciones de la moda, y se convirtiera en un eterno favorito, un objeto de culto.

Fundamentos del diseño

El diseño del Cartier Tank haría sentirse muy feliz a Mies van der Rohe. El creador de la frase “menos es más” de seguro brindaría con el mejor vino del Rhin por la simplicidad y la elegancia funcional de este pequeño reloj. Por supuesto, su característica más distintiva es la caja rectangular, cuyo contorno y proporciones están inspirados en la vista superior del tanque de guerra mencionado anteriormente. Esta forma, aparte de ser estéticamente agradable, representa un avance en funcionalidad, pues permite una legibilidad a toda prueba con una presencia notable en la muñeca sin sacrificar comodidad. Los lados de la caja se extienden (como los cobertores de las orugas de los tanques) para formar las asas de la caja, integrando la correa con el cuerpo del reloj en forma práctica y visualmente armoniosa, una prueba testimonial evidente del genio creativo de Louis Cartier como diseñador.

Dentro de la línea Tank, Cartier ha desarrollado muchas variaciones, siempre manteniendo sus características básicas. El Tank Louis Cartier, por ejemplo, es fiel al diseño original y se destaca por ser el más atemporal, mientras que el Tank Américaine presenta una caja más alargada y curvada, pensada para un ajuste más ergonómico. El Tank Française, por su parte, introduce un diseño de brazalete más moderno y es visto generalmente como la opción más contemporánea. Otros integrantes históricos de la familia son el Tank Must, el Tank Cintrée, el MC, el Tank Solo y el Asymétrique (con la caja sesgada).

Existen pocos Tank que no presenten los elementos básicos que definen la colección: una esfera limpia con números romanos generalmente impresos en color negro, manecillas tipo espada usualmente azuladas y un discreto riel de minutos al centro. Por supuesto que además podemos encontrar esferas de colores, sin marcadores ni indicadores de minutos, patrones con diseño y texturas guilloché, pero no es la norma. Estos detalles refuerzan la identidad visual del Tank, mejoran su funcionalidad asegurando la legibilidad, y se enmarcan en una continuidad, producida por la unión casi perfecta entre la caja y la pulsera. Esta continuidad, esta fluidez, es la razón por la cual el Tank queda bien en tantas muñecas; y si le agregamos un perfil delgado, tenemos un reloj delicado y elegante que ha pasado siempre sin problemas bajo la manga de muchas generaciones.

Influencia en la industria

El Tank de Cartier es una pieza fundamental en la historia de la relojería y ha impactado también profundamente en la moda y la cultura a nivel mundial. Desde el primer día, este reloj se convirtió en un accesorio indispensable para muchas figuras icónicas, que encontraron en este otro ícono un compañero idóneo para su día a día como artistas, actores, líderes políticos o miembros de la realeza. Personajes tan distintos como Andy Warhol y Muhammad Ali –demostrando la brutal versatilidad del reloj–, Jackie Kennedy y Diana de Gales, Clark Gable y Alain Delon eligieron al Tank para representar su importancia, su elegancia, su condición de “inalcanzables”. Nota aparte merece Rodolfo Valentino, a quien le importó un pepino usar su Tank en películas históricas ambientadas siglos antes de la invención del reloj de pulsera.

En el ámbito relojero, el Tank estableció un estándar para los relojes de forma rectangular, demostrando que la funcionalidad no implica, necesariamente, sacrificar el estilo. Su éxito rotundo ha inspirado a un montón de fabricantes a explorar diseños geométricos diferentes y minimalistas, extendiendo la influencia del Tank más allá de Cartier y fomentando una tendencia que en el transcurso de los años ha producido centenares de relojes “Tank” de otras marcas, por así decirlo.

Este reloj ha demostrado una y otra vez que un diseño bien pensado puede trascender generaciones y seguir siendo relevante, deseable. Es cosa de tiempo nada más para que un reloj con estas características se transforme en un símbolo de estatus, de poder incluso, y el Tank ha tenido tiempo de sobra. Se podría decir que, de alguna manera, el Tank representa la filosofía de la Maison Cartier mejor que cualquier otra pieza: lujo deseable con funcionalidad, adaptabilidad en el tiempo, elegancia atemporal, exclusividad con impacto cultural. Cartier sabe como hacer las cosas, y casi con total seguridad, el desarrollo del Tank como producto ha sido internamente el ejemplo a seguir para la casa francesa.

Presente y legado

El Cartier Tank continúa siendo una pieza central en las colecciones de Cartier hoy en día, permanentemente celebrado por su rica historia y su distintivo diseño que no ha perdido ni un ápice de relevancia con el paso del tiempo. Sus actualizaciones en cuanto a la tecnología y los materiales han cuidado su esencia en forma implacable e impecable, incluso cuando hace poco introdujo versiones del Tank Must con movimientos solares (Tank Solarbeat), poniéndose a tono con las tendencias actuales relacionadas con la sostenibilidad y la innovación.

Por supuesto que el Tank sigue siendo hoy uno de los íconos relojeros más sofisticados y elegantes, popular entre celebridades y líderes de opinión como Michelle Obama y Angelina Jolie, símbolo atractivo y perdurable de status y gusto refinado. Su tamaño, sus proporciones, permiten que sea unisex, como los valores actuales más importantes de nuestra sociedad, trascendiendo al género, aunando conceptos y estableciendo un estándar de lo que significa ser un reloj de vestir de lujo. El Cartier Tank no sólo ha sido testigo de la evolución de la moda sino un actor activo en esta historia. Estamos seguros que este Cartier seguirá siendo por muchos años más el único “tanque” que produce al mirarlo una sensual sonrisa, en hombres y mujeres por igual.