7 cosas que tienes que saber sobre Montblanc
Parte del grupo Richemont, tercera compañía de productos de lujo más grande del mundo detrás de LVMH y Kering, Montblanc es una de esas joyas bajo perfil que se esconden a plena luz dentro en las doradas planillas de estas mega corporaciones.
Pero para nosotros, los mortales, ha sido ejemplo de calidad a nivel mundial por décadas. A pesar de eso, hay detalles de Montblanc que seguramente aún no conoces. Acá en El Loft te presentamos 7 cosas de esta icónica maison que debes saber si deseas acrecentar tu conocimiento horológico:
1. Un nombre con altura
Desde el comienzo –hace no tanto tiempo– Montblanc tuvo como objetivo ofrecer la máxima calidad en sus productos. Una calidad tan alta como la del pico más alto de los Alpes, y de Europa Occidental, el famoso Monte Bianco. Bueno, ese es su nombre en italiano, país que comparte con Francia a este macizo de granito de 4.810 m.s.n.m.
Se cree que el nombre fue sugerido por un familiar de los fundadores, haciendo una analogía entre la grandeza y reputación de sus productos y el majestuoso Mont Blanc. La empresa registró oficialmente el nombre Montblanc en 1910 para todos sus productos posteriores.
2. Nació a 1.000 km de su homónimo
A principios del siglo XX, la producción industrial con calidad artesanal comenzó a florecer en Europa. Este importante desarrollo inspiró en 1906 a Alfred Nehemias, banquero de Hamburgo, a unirse con August Eberstein, ingeniero de Berlín, para crear bolígrafos sencillos pero funcionales.
Quiso el destino que Hamburgo, Alemania, fuese entonces la ciudad de origen de la marca, ubicada a un poco más de 1.000 km del gigante alpino, que sería 4 años después, origen del nuevo nombre de la casa.
3. Lo primero fue la pluma
La compañía, fundada con el nombre de Simplo Filler Pen Co., rápidamente pasó a definirse a sí misma como “fabricante de plumas estilográficas de oro de alta gama” al reducir su mercado objetivo centrándose únicamente en la producción y venta de plumas de lujo.
En 1909, la compañía lanzó al público el Rouge et Noir, una pluma estilográfica de seguridad. Pronto, sería seguida por una pluma estilográfica técnicamente mejorada llamada Montblanc. Es esta línea de plumas que inspiró posteriormente el muy acertado cambio de nombre de la empresa.
Años después, en 1924, la compañía lanzó el icónico Meisterstück que más tarde se convertiría en el instrumento de escritura más famoso del mundo.
4. Su emblema es inconfundible
Todos sabemos que la imagen corporativa es fundamental para crear marcas icónicas e inolvidables, y es en 1913 que la compañía registraría su emblema de estrella blanca como logotipo de la marca. Este isotipo en realidad, o más específicamente, pictograma, simboliza el pico cubierto de nieve del Mont Blanc visto desde arriba, lo que indica el compromiso de la empresa con la creación de productos de la más alta calidad y artesanía.
Este símbolo está presente en todos los productos, ya sea en la punta de la tapas de las plumas Montblanc; impreso en las etiquetas y costados de los productos de cuero; y por cierto, en la corona de los relojes de la casa. Es un sello inconfundible de calidad y deseo, cosas que sólo el diseño es capaz de reunir en un objeto de culto.
5. Fabrica objetos de lujo en tres países distintos
A partir de las plumas, la marca se expandió a la fabricación y venta de otros artículos de lujo como objetos de cuero y, por supuesto, relojes. Y como no podía ser de otra manera, Montblanc definió que cada línea de productos se fabricaría en países especializados en cada una de estas artesanías.
La producción de artículos de escritura de alta calidad se realiza completamente en Hamburgo, la ciudad de origen, y abarca desde los dibujos técnicos iniciales para herramientas hasta la producción final. Aquí están los departamentos que se ocupan de la metalurgia, la galvanoplastia, el moldeo por inyección y la manufactura del plumín, para confluir finalmente en la confección a mano.
Montblanc se expande en 1935 a la producción de toda una sección de artículos de cuero, primero utilitarios y posteriormente de lujo. Los artículos de piel se producen actualmente en Florencia, la región más famosa del mundo para este efecto. Usando técnicas tradicionales y artesanía experta, Montblanc crea allí artículos de piel refinados, realmente increíbles.
La división relojera de Montblanc posee dos fábricas en, adivinaste, Suiza: Montblanc Montre S.A. en Le Locle y el Institut Minerva de Recherche en Haute Horlogerie en Villeret. La fábrica principal es la de Le Locle –centro de la industria horológica suiza–, fue construida en 1997 y es donde se producen y prueban la mayoría de sus relojes. Sin embargo, para módulos especializados y aquellos que requieren habilidades excepcionales de relojería, está la de Minerva en Villeret.
6. Sus relojes rinden culto a una diosa
Según Wikipedia, en la mitología romana, Minerva es la diosa de la sabiduría y las artes, además de la protectora de Roma y la patrona de los artesanos. Se corresponde con Atenea en la mitología griega.
Montblanc, quizás impulsado por esta definición, adquirió el Instituto Minerva de Investigación en Alta Relojería en 2007. Minerva, antes de la compra, se dedicó desde 1858 a crear excepcionales movimientos artesanales en Villeret, Suiza, comuna al oeste de Biel/Bienne, antes de la frontera con Francia.
Con esta adquisición, Montblanc se hace no sólo de la sublime experiencia relojera de Minerva, sino también de la herencia intangible de la casa suiza, posicionándose en los hombros de un gigante para ser parte de la tradición horológica mundial.
7. Ha creado importantes innovaciones
Montblanc hizo un debut súper audaz en el Salón International de Haute Horlogerie de Ginebra (SIHH) de 1997, donde presentó el Meisterstück, inspirado en la pluma Meisterstück y con el mismo estándar de calidad que los otros artículos de lujo de la maison. Este reloj avisó a la industria relojera que Montblanc era definitivamente un serio competidor en el mundo de la relojería de lujo a pesar de ser nuevo en el juego.
En 2008, un año después de la compra de Minerva, Montblanc presentó en el SIHH el calibre MB R100, primer movimiento de manufactura, desarrollado y fabricado internamente por completo. La empresa usó este movimiento en el Nicolas Rieussec Monopusher Chronograph, nombrado así en honor de Nicolas Rieussec, el inventor del cronógrafo.
Un año después, Montblanc lanzó el Metamorphosis, reloj con dos esferas: un regulador de fecha clásico y un cronógrafo mono-pulsador. Para lograr este movimiento tan complicado, 50 componentes individuales tuvieron que sincronizarse perfectamente entre sí.
Posteriormente, en 2011, Montblanc presentó el Tourbillon Bi-Cylindrique, que poseía un calibre MB M65.63 y se convirtió en el primer reloj del mundo en tener un tourbillon con espiral de volante de doble cilindro, lo que se logró miniaturizando el escape, solución encontrada originalmente en los cronómetros marinos del siglo XVIII.
Dos años más tarde, Montblanc crearía su reloj más complicado hasta la fecha: el Heritage Chronométrie ExoTourbillon Rattrapante, con cronógrafo monopulsante de fracción de segundo y el ExoTourbillon, patentado por Montblanc.
Conclusión
En El Loft nos encantan las marcas grandes y exitosas como Rolex, Patek y AP, pero también adoramos la tradición relojera de casas de perfil más bajo como Longines, Tissot o Montblanc. Hay tanta historia en estas marcas, así como calidad, herencia y belleza, que sus relojes merecen estar en nuestras muñecas, tanto como un Submariner o un Speedmaster.
Es momento que nos sacudamos el adormecimiento que nos ha producido el mercado y la obsesión por los mismos relojes y valoremos el legado maravilloso que son capaces de entregar empresas como Montblanc, símbolo de calidad, artesanía y prestigio.
Te invitamos a visitar nuestra tienda y ver los Montblanc que tenemos a tu disposición.