¿Y ahora qué?

Si hay algo que la vida en los tiempos de COVID 19 nos ha enseñado, es que siempre se puede estar peor... Y nada es para siempre.

Ni la racha heroica de los mercados bursátiles, ni el bullante mercado inmobiliario, ni siquiera tradiciones centenarias como las Olimpíadas. Nadie se ha salvado del flagelo invisible de la pandemia y hoy traemos a uno de los más golpeados.

El año, más bien los últimos años, no venía bien para MCH y su alicaída feria Baselworld, con la salida el año anterior del Grupo Swatch y Breitling, dejando un vacío simbólico y literal, dentro del Hall 1, principal salón de la Feria. El gran Nick Hayek criticó públicamente a los organizadores de la feria, alegando por las tarifas exorbitantes y las dificultades que presentaba para adaptarse a las necesidades de un mercado que, si bien es famoso por su aversión al cambio, ya está 100% sumergido en la revolución digital.

Fuimos testigos del wi-fi vergonzoso, la ausencia absoluta de espacios de trabajo y, lo peor de todo, el absoluto descaro de la industria hotelera y gastronómica de la ciudad para subir sus precios por las nubes en las fechas de Baselworld (choripanes, en el carrito a la salida de la feria, a $7.000). Segundo en salir el 2019 fue Seiko, aleonado por el éxito global de su marca de lujo Grand Seiko, decidió organizar su propio evento en Tokio.

Expositores de la feria Baselworld
Aun así, MCH conservaba a su rey y escuderos principales. Tanto Rolex como Patek y las marcas de LVMH habían reforzado su compromiso de caballeros con la feria. Pero luego, vino COVD19. Ante la imposibilidad de llevar a cabo la versión 2020, que empezaba este mes, el Grupo MCH ofreció, insólitamente, devolver sólo una parte de los cobros ya realizados a los expositores, y abonar el resto como parte del “fee” para 2021, lo que desató la ira de las marcas, que no tardaron en reaccionar. En un comunicado conjunto, Rolex, junto a Patek, Chopard y otras, anunciaron que se largaban de Basel y se unirían a la pandilla de Richemont en Watches & Wonders Geneva, dejando efectivamente en la cuerda floja a Baselworld, y creando un “megasalón” en Ginebra para el próximo verano boreal. En vez de reconocer su error, el Gerente de MCH lanzó dardos a las marcas que abandonaron el barco, acusando maquinaciones y planes maquiavélicos que supuestamente se venían gestando hace tiempo, aún cuando ante las cámaras prometían lealtad. El exabrupto del comunicado cayó muy mal en la industria, donde la mesura y la compostura han reinado por los siglos de los siglos. Nuevos enemigos se van sumando rápidamente a la lista de Bernd Stadlwieser, el ya derrotado CEO de MCH Group, en esta titánica batalla por revivir su salón.
Bernd Stadlwieser, CEO de MCH Group

Al final, Baselworld queda con su imagen por el suelo, su feria suspendida, y la ausencia total de las principales marcas de la industria. ¿Qué pasará ahora? Lo más preocupante para los fanáticos de las marcas independientes, como nosotros, es que sabemos que Basel es una gran vitrina para estas pequeñas empresas, que cuentan con el tráfico de la feria para darse a conocer y generar ventas que les permiten sobrevivir durante todo el año. Sin el apoyo ni el atractivo de Rolex, la cobertura de prensa será menor, y su visibilidad podría verse perjudicada.

Muchos dudan de si realmente existirá un Baselworld 2021. Sería relamente una pena para quienes tuvimos el placer de visitar esta tradición que se extiende de forma ininterrumpida por más de 100 años. Sea lo que sea, no podemos esperar para saber que nos trae el 2021 en tiempos post Covid. Sin duda, Ginebra se vestirá de gala esta vez, pero a la ciudad al costado del Rin le esperan aguas turbulentas. Aquí en El Loft estaremos muy atentos para descubrirlo y, por supuesto, compartirlo con ustedes.

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