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¿Qué es un “grial”?
Según las escrituras cristianas, el “Santo Grial” o, simplemente, el Grial, es la copa en que bebió Jesús en la Última Cena. Para los que crecimos en esta cultura, eso es historia conocida. Incluso sabemos que es fuente de innumerables mitos y leyendas que incluyen su búsqueda por parte del rey Arturo y sus caballeros de la mesa redonda. Más recientemente, el Grial fue pieza importante en las andanzas tanto de Indiana Jones como de Robert Langdon, protagonista de los libros de Dan Brown.
Como sea, es una pieza que representa algo sagrado, difícil de encontrar y de poseer, como muchos de los relojes que nos quitan el sueño. Por eso, era cuestión de tiempo para que la ingeniosa comunidad coleccionista relojera utilizara este concepto para referirse a las piezas que nos obsesionan.
El primer grial
Todos tenemos un grial, y éste va cambiando a medida que aumenta la edad y la capacidad de crédito. Cuando niños, probablemente nuestro primer grial fue algún reloj digital o militar que vimos en alguna película de Michael J. Fox o Arnold Schwarzenegger. No es difícil imaginarse en el patio del colegio, siendo el más cool con un Casio calculadora en la muñeca, un imposible Seiko “Arnie” o un ultra soñado Seiko Giugiaro “Aliens Ripley”.
El grial identitario
Cuando estás por egresar, son muchas las cosas que quieres hacer y por supuesto tener. Fantaseas con esas luquitas bien ganadas producto del sudor de tu frente, que serán tuyas y solo tuyas para hacer lo que se te dé la gana. La verdad es que generalmente no son tantas y se empiezan a gastar en esas cosas nuevas llamadas cuentas. Todo lo anterior no impide tener un grial. Es más, es un aliciente. Aquí aparecen los relojes que le gritan al mundo quien eres: divers famosos como el Seamaster y el Submariner si lo tuyo es el agua; cronógrafos como el Daytona y el Heuer Monaco para los y las tuerca; y el Speedmaster para quienes viven en los astros.
El grial conocedor
Un día te despiertas y ya no eres joven. De un día para otro. Pero hay algo que te sigue acompañando: el deseo inmortal por un grial. Pero un grial distinto, uno más serio, más acorde a tu condición de coleccionista adulto, con años de experiencia en la vida misma.
Habiendo aprendido ya a invertir como Kiyosaki, puedes proyectar el camino a griales más exclusivos, como los deportivos Nautilus o Royal Oak, si eres fan de Gérald Genta, como los ultra delgados Altiplano u Octo Finissimo, y piezas clásicas en materiales nobles de Blancpain, Cartier o Jaeger-LeCoultre.
El Santo Grial
Si bien este grial se puede ver en muñecas de reyes y jeques desde muy temprana edad, para el resto de los mortales este es un tipo de reloj inaccesible y estamos conscientes que se necesitan muchos años de nuestra vida (o mucha suerte) para alcanzarlo.
Estas piezas son ediciones limitadas, hechas a mano por maestros relojeros, poseen grandes y variadas complicaciones: sonería, tourbillon, calendario perpetuo, fases lunares, cronógrafo flyback, y un largo etc. Asimismo, están hechos de materiales lujosos como metales insólitos, piedras preciosas, materiales compuestos, zafiro a destajo, son adornados a mano y representan lo mejor de la horología mundial.
Aquí encontramos a los más complejos relojes de A. Lange & Söhne, los rompe récords de Patek Philippe que forman parte de la Sagrada Trinidad junto a Vacheron y AP, y las locuras de Richard Mille, por nombrar los más conocidos.
¿Cuál es el tuyo?
Una de las gracias de este hobby maravilloso es que no hay reglas escritas. Cada loco con su tema y un grial para este momento de la vida, para esta edad, y para esta billetera. Nadie te lo puede imponer, y si a eso le sumas el fundamental componente emocional –que es sólo tuyo y representa tus recuerdos y afectos–, es evidente que un grial es un reloj único, que te habla a ti mejor que a nadie.
Cuéntanos cuál es tu grial actual, aquí en El Loft estamos para ayudarte a conseguirlo, y sobre todo, para recorrer juntos, como el rey Arturo y sus caballeros, el extraordinario camino en su búsqueda.