Herencia directa del legado lunar con una reinterpretación setentera, el Omega Speedmaster Mark IV captura la esencia del diseño robusto y funcional de la era post-Apolo. Lanzado en 1973, este modelo adopta una caja tonneau cepillada de 42 mm que aporta un porte contundente pero ergonómico, especialmente bien resuelto en muñeca gracias a su perfil curvado y brazalete integrado. La esfera negra, densamente informativa, combina múltiples escalas y subesferas, con indicadores luminosos envejecidos que añaden carácter vintage sin perder legibilidad.
En su interior late el calibre automático Omega 1040, basado en el Lémania 1340, con cronógrafo central de 60 minutos, segundero pequeño, subregistro de 24 horas y función de fecha. A diferencia de sus hermanos manuales, el Mark IV representa la voluntad de Omega por modernizar la línea Speedmaster con tecnología de carga automática y una estética más brutalista. Este 176.009 es uno de los modelos menos frecuentes dentro de la saga profesional, lo que le otorga un atractivo especial para coleccionistas que buscan una variante histórica con personalidad fuerte y mecánica probada.